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CREDITO LOMBARDO: Cuando aseguramos la liquidez

11 de octubre de 2024

Las coordenadas de cualquier inversión en el tiempo son la rentabilidad que buscamos, el riesgo que asumimos y la liquidez que necesitamos. En ocasiones, esta última necesidad (la necesidad de liquidez) condiciona toda la inversión ya que, si queremos tener liquidez y rentabilidad necesitaremos asumir más riesgos, o si no queremos asumir más riesgo y queremos tener liquidez sacrificaremos la rentabilidad. Pero, ¿qué ocurriría si la liquidez estuviera garantizada? ¿Si no necesitáramos acortar la inversión y deshacer la posición para recuperar lo aportado? Pues que podríamos diluir el riesgo manteniendo la inversión más tiempo, y así aspirar a una mayor rentabilidad. Esto se consigue con el Crédito Lombardo.

El Crédito Lombardo es un clásico de la inversión y tiene su origen en la Lombardía del siglo XVI. Consiste en realizar una inversión (letras, fondos, depósitos, acciones, bonos…) a través de una entidad bancaria y, paralelamente, una línea de crédito con esa entidad permite disponer de dinero en el que caso que se necesite liquidez. De esta forma la inversión no se toca, y sigue generando un rendimiento y, si se necesita liquidez, no hace falta deshacer esa posición que nos está dando rentabilidad porque la liquidez la anticipa la entidad (tiene la garantía de lo invertido) a un interés más bajo que la rentabilidad que estamos obteniendo con la inversión.

La necesidad de liquidez condiciona cualquier inversión: el producto tendrá una rentabilidad baja dado que la estrategia tendrá que ser a muy corto plazo para poder deshacer la inversión en cualquier momento… Para obtener mayores rentabilidades el factor tiempo es esencial ya que a mayor tiempo, más ambiciosa puede ser la estrategia, ¿y si entretanto necesito el dinero?. Aquí es donde encaja el Crédito Lombardo: el mismo banco me facilita una línea de crédito adelantándome un porcentaje de la inversión (en función del tipo de inversión se pacta de inicio un porcentaje de adelanto, cuanto más segura es la inversión, mayor porcentaje de adelanto y a la inversa). De esta manera mantengo la liquidez sin tener que rescatar el producto porque el banco me “adelanta” lo que necesito teniendo como garantía la inversión que, mientras tanto, podría seguir generando una rentabilidad superior al coste del crédito adelantado.

Alejandra Blanco González