22 de febrero de 2025
(Datos actualizados marzo 2025)
Utilizado por los artesanos desde el Calcolítico, ya se conocen artefactos de oro fabricados en el IV milenio a.C. A lo largo de la Historia, este metal precioso ha alentado a conquistadores, inspirado a aventureros y siempre ha sido símbolo de fortuna y riqueza. Por ello, además de ser esencial en sectores económicos, el oro es objeto de inversión y de especulación, como antes fue indispensable en el intercambio comercial. Considerado el valor refugio por definición y máxima expresión de confianza, su disponibilidad finita hace que su valor esté condicionado exclusivamente por la fuerza de su demanda. Nada influye en su precio, salvo el deseo de poseerlo…
Debido a su alta correlación con la moneda norteamericana, es utilizado como cobertura en los momentos de revalorización del dólar. Sirve como protección en las crisis económicas: incrementa su valor compensando la devaluación de otras inversiones. Lo mismo ocurre con la inflación, mejora su precio protegiendo al poseedor de la pérdida de poder adquisitivo. Es el activo más líquido: puede convertirse en dinero rápidamente en cualquier lugar del mundo. Además, ni se quema ni se oxida, y la demanda es constante (joyería, tecnología…). Ayuda a diversificar las inversiones y es el activo refugio por excelencia, considerado un seguro en tiempos de incertidumbre económica… Pero, esto que tantas veces hemos oído ¿es siempre así? Veamos…
El 4 de agosto de 2020 el valor de la onza de oro (28,349 gramos) alcanzó, por primera vez en la historia, los 2.000 dólares. El 14 de marzo de 2025 llegó a 3.000 $, un 50% más en cuatro años y medio. Primera conclusión: la volatilidad existe en el mercado del oro. Y, a veces, es negativa: 1997 (-21,41%), 2013 (-27,61%). Añadamos otras dos conclusiones: los datos no confirman esas permanentes correlaciones y, por supuesto, no es la inversión más rentable a largo plazo. Aswath Damodaran* es profesor de la Universidad de Nueva York y, anualmente, actualiza sus tablas con la evolución desde 1928 de las rentabilidades de diferentes activos (es muy interesante que elija esa fecha para, incluso, englobar el crack de 1929).
Veamos una primera tabla para comparar la rentabilidad media del oro durante una década enfrentándola a la inflación media en cada mismo período. Comprobemos que la correlación no es matemática, en la mayoría de las décadas la revalorización del oro no superó a la inflación.
DÉCADA | RENTABILIDAD ORO | INFLACIÓN |
1930 | 5,3% | -2,0% |
1940 | -0,8% | 5,4% |
1950 | 1,0% | 2,2% |
1960 | 1,6% | 2,5% |
1970 | 28,6% | 7,4% |
1980 | -2,5% | 5,1% |
1990 | -3,1% | 2,9% |
2000 | 14,1% | 2,5% |
2010 | 3,4% | 1,8% |
2020 | 11,4% | 4,2% |
Una segunda tabla para conocer el valor que tendrían el 31 de diciembre de 2024 cien dólares invertidos en 1928 en diferentes activos financieros. Para hacer más ajustado el cálculo, incluimos una columna descontando el impacto de la inflación en cada una de las revalorizaciones. Es evidente que el oro no es lo más rentable a largo plazo.
100 $ INVERTIDOS 1928 | VALOR 2024 | CON INFLACIÓN |
Standard&Poor´s 500 | 982.817 $ | 53.945 $ |
Small cap USA | 4.586.545 $ | 251.751 $ |
Letras 3 meses USA | 2.360 $ | 129 $ |
Bonos 5 años USA | 7.159 $ | 392 $ |
Bonos Corporativos USA | 50.385 $ | 2.765 $ |
Mercado inmobiliario | 5.553 $ | 304 $ |
Oro | 12.649 $ | 694 $ |
* Aswath Damoradan es profesor de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York. Esta entrada está basada en las estadísticas publicadas en su web https://pages.stern.nyu.edu/~adamodar/New_Home_Page/data.html
Alejandra Blanco González